Constituyen una combinación de filosofías culturales, prácticas y herramientas que incrementan la capacidad de una organización de proporcionar aplicaciones y servicios a gran velocidad: desarrollar y mejorar productos con mayor rapidez que las organizaciones que utilizan procesos tradicionales de desarrollo de software y administración de la infraestructura. Esta velocidad permite a las organizaciones servir mejor a sus clientes y competir de forma más eficaz en el mercado.